ELEMENTOS DE NUESTRA IDENTIDAD ESPIRITUAL
 
 

Semana dedicada a la profundización del texto de las Constituciones HHA

“Las Constituciones son consideradas como el resumen de una espiritualidad que tiene su origen en una profunda experiencia de Dios y se expresa en un estilo de vida querido por El”
Tienen como función aglutinar las fuerzas personales para encauzarlas en una sola dirección, siendo medio de Dios para que el alma reciba las gracias necesarias para su justificación. Las Constituciones dirigen por tanto las fuerzas personales evitando la dispersión, al dotar al alma consagrada de los medios necesarios para discernir la voluntad de Dios, ayudándola tender siempre a la santidad de vida a la que está llamada.     (German Sánchez Griese).

Las Constituciones son la expresión concreta del modo peculiar de seguir a Cristo en cada instituto religioso. Para los religiosos la manera concreta de ser cristianos esta descrita en las Constituciones (C 578). Por tanto, son el medio de salvación y santificación.

Así pues, las Constituciones son normas que brotan de la vida misma, una ley escrita, no de un modo fijo e inmutable, no en una tabla de piedra, sino en el corazón. Ellas están al servicio de la vida y por lo mismo habrán de ser abiertas a la evolución y al progreso (Diccionario Vida Consagrada 447).

Saludo:

“Bendita sea María, por siempre bendita sea”
La presencia de la Santísima Virgen María junto a nosotras nos ilumina en el seguimiento de su
Hijo (Const. 37). Al pronunciar nuestro saludo procuramos hacer presente a nuestra Madre,
invitando con ello a amarla y bendecirla, ante todo, con el testimonio de una vida virtuosa, con
Ella lo hizo.

Nuestro lema: “Por los pobres a Jesús” Nuestra Espiritualidad nos configura con Cristo pobre y abandonado, que desea ser reconocido, amado y servido en los pobres y necesitados.
 
La letra M: Simboliza la presencia maternal de la Santísima Virgen María, nuestra querida Madre y Patrona del Instituto.
 
La Estrella de Belén: Manifiesta el Misterio de la Encarnación, tal como aparece enunciado en la iconografía de la sagrada imagen de la Altagracia.
 
La Cruz: representa el Misterio de la Redención y liberación integral del ser humano.
 
El circulo de estrellas: Queda representada la dimensión eclesial, por nuestra inserción en la Iglesia. Realizamos nuestra misión en la Iglesia y en comunión con ella.

Consagración a la Santísima Virgen

La oración de Consagración a la Santísima Virgen que oramos todos los días en comunidad, nos
pone en sintonía con principios fundamentales de nuestro ser de Hijas de la Altagracia, desde la
llamada a cumplir los designios divinos de nuestro Señor Jesucristo, que es la gloria de Dios y la
salvación de las almas.
 
Oración de consagración:
 
“Madre Amantísima de la Altagracia y tierna Madre de los hombres, para cumplir los designios
de tu Divino Hijo y los deseos del vicario de Cristo en la tierra, nosotras te consagramos a ti, este
Instituto y esta comunidad, con todos sus miembros y trabajos apostólicos. Te encomendamos
nuestras familias, nuestra Iglesia dominicana, al Papa, nuestros Obispos, sacerdotes, amigos y
bienhechores; colocamos bajo tu manto maternal nuestro país y todo el linaje humano. Dígnate
aceptar Madre querida nuestra humilde consagración y usa de nosotras según tu agrado.
Enciende en nuestros corazones el amor a la perfecta observancia de nuestras constituciones y la
práctica de la vida cristiana, con un celo ardiente por la salvación de las almas, mediante la
santidad de la vida consagrada. Nos dirigimos a ti con confianza, ¡oh Madre de la Altagracia!
Trono de La Divina gracia y Madre del amor hermoso, inflama nuestros corazones con el mismo
 
amor que ha sido inflamado tu inmaculado corazón. Y haz que, por medio de nosotras, reine y
triunfe el corazón de Jesucristo, tu Hijo, en todas las almas que servimos. Amén