Diversas areas de apostolado

Nuestras vidas encuentran pleno sentido en el amor a Dios y en servir a los hermanos.

Eucaristia de apertura a la comunidad Hijas de la Altagracia en Brooklyn, EEUU.

VIDA APOSTÓLICA
 
Todos los que por misericordia divina hemos sido llamados al seguimiento de Jesús, somos
consagrados y enviados a la misión, la cual consiste, ante todo, en hacer presente a Cristo en el
mundo mediante el testimonio de nuestra vida en comunidad. Cf Const. HHA 63) (VC72). Amar
y hacer amar a Jesús y María ha de ser uno de los principales objetivos de nuestro apostolado.
Por nuestra consagración estamos comprometidas con la construcción del Reino,
incorporándonos a la misión salvífica de Jesucristo, (Cf Const. 67), la cual consiste en comunicar
vida plena a todos (Cf. DA360) Por eso, la vocación de las Hijas de la Altagracia es hacer vida
en cualquier parte del mundo y en cualquier obra de bien social el servicio y la liberación de los
más necesitados, dejando transparentar en toda nuestra actividad apostólica la atractiva promesa
de una vida más digna, en Cristo, para todos los hombres y mujeres (DA 361).
 
Desde este horizonte, valoramos el ejercicio de nuestra acción apostólica como una gracia de
Dios, como una señal de vida y esperanza para la Iglesia y el mundo. Esto no sería posible sin la
sabiduría del Espíritu actuando en nosotras y sin la dedicación de cada una de las hermanas,
amigos y bienhechores, quienes no escatiman esfuerzos en su tarea de vivir y transmitir el
Carisma y la Espiritualidad recibido de nuestra fundadora; buscando la gloria de Dios y la
construcción del Reino. (V Asamblea General, 2013).