Pastoral Catequética

Por el Carisma y la Espiritualidad tenemos la misión de amar y hacer amar a Jesús y María (Const. 64), engendrando hombres y mujeres para Dios. De ahí que en la labor catequística procuramos alcanzar el fin de todo proceso catequístico, que es poner al catecúmeno en comunión y amistad con Jesucristo, de manera que lleve a la persona a proclamar a Cristo como su Señor, a reconocerse en Él como Hijo de Dios y, en el Espíritu, como miembro de la comunidad cristiana y asociado a ella se ponga al servicio del Reino.

En consonancia con nuestro Carisma, somos llamadas a realizar la tarea encomendada por la Iglesia, como continuación de la obra de Cristo en el mundo, trabajando para que el Reino de Dios llegue a todos, (Cf Const. 64) engendrando hombres y mujeres para Dios, por medio de la misión que realizamos, dentro de la que se encuentra el trabajo en los Ministerios Parroquiales, especialmente en la catequesis, ya que según nuestras Constituciones, la enseñanza del catecismo ha de ser para nosotras la ocupación principal en las Parroquias (Cf Const. D. 54).

Desde sus orígenes la Congregación se ha involucrado en esta área de pastoral en todas las parroquias donde hace presencia, como una manera de ir en ayuda de los sacerdotes en la difícil tarea de la salvación de las almas.

El Plan de Catequesis de la Congregación de las Hermanas Hijas de la Altagracia busca ser un instrumento que propicie el encuentro personal con Jesucristo donde los agentes catequistas logren la renovación de su pastoral, aprendan y vivan los valores cristianos fundamentales y consoliden su ministerio catequístico en un proceso continuo de formación y conversión, guiados por un programa de catequesis estructurado a todos los niveles: niños, adolescentes, jóvenes y adultos, vinculado a los planes nacionales y diocesanos.

 

Catequesis

La catequesis pertenece por derecho propio al gran proceso de renovación que la Iglesia está llamada a realizar para ser fiel al mandato de Jesucristo de anunciar siempre y en todas partes su Evangelio (Cf. Mt 28,19). En la tarea de la evangelización la catequesis participa, según su propia naturaleza para que la fe pueda ser alimentada constantemente y en consecuencia se traduzca en un estilo de vida que debe caracterizar la existencia del discípulo de Cristo. (Directorio Catequesis 1).

Por medio de la labor catequética se persigue alcanzar que el anuncio de la Pascua de Jesucristo resuena continuamente en el corazón de cada persona, para que su vida se transforme. La catequesis en cuanto realidad dinámica al servicio de la Palabra de Dios, acompaña, educa y forma en la fe y para la fe, introduce en la celebración del Misterio, ilumina e interpreta la vida y la historia humana, expresando así la riqueza de su esencia (DC 55).