Nuestra Señora de la Altagracia, Protectora del Pueblo Dominicano y Patrona del Instituto Hermanas Hijas de la Altagracia

“Oh Señora y Madre mía de la Altagracia. Con filial cariño vengo a ofrecerte en este día, cuanto soy y cuanto tengo: mis ojos para mirarte, mi voz para bendecirte, mi vida para servirte, mi corazón para amarte. Acepta, Madre, este don que te ofrenda mi cariño y guárdame como a una niña cerca de tu corazón. Que nunca sea traidor al amor que hoy me cautiva y que desprecie sin pena con complacencia de otro amor. Aunque el dolor me taladre y haga de mí un crucifijo, que yo sepa ser tu hija, que sienta que tú eres mi Madre. En la dicha, en la aflicción, en mi vida, en mi agonía, mírame con compasión, no me dejes Madre mía, amén”

Como Iglesia hemos sido convocados por el Santo Padre, el Papa Francisco, al año Jubilar 2025, con el tema” Peregrinos de la esperanza”. Es una ocasión propicia para contemplar desde la oración profunda la presencia de Dios en toda la historia salvífica, ya que en su Hijo Jesucristo nos ha amado y plenificado, devolviéndonos la condición de hijos amados. El llamado a la esperanza nos dispone a una peregrinación espiritual para redescubrir cómo nuestro Padre Dios camina con su pueblo. Amerita de nosotros una mirada contemplativa, pues la esperanza nos sitúa desde la profundidad del amor.

Somos amados en el Hijo Amado desde ese misterio salvífico de la Redención. La Iglesia ha tenido la misión de anunciar la esperanza como respuesta a la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas de bautizados, con esa gracia recibida podemos caminar como hijos/as de Dios y esa esperanza no defrauda nunca. Por tanto, el llamado es a renovar la experiencia del amor de Dios que nos lleva a transitar por sus caminos que es la santidad. Este amor de santidad nos conduce en la esperanza que nos aguarda de contemplar un día cara cara el rostro amoroso de nuestro Padre Celestial.

Somos invitados a sumergirnos en la escuela de la Santísima Virgen María. Ella fecundada por la acción del Espíritu Santo dio el consentimiento con su Hágase para que la Palabra se encarnará. Es Ella portadora de la esperanza, peregrina de la fe y embajadora de la paz.

Que la Santísima Virgen nos enseñe a recuperar la fuerza y la certeza de mirar y caminar hacia el futuro con “fe intensa, esperanza viva y caridad operante; con el corazón siempre confiado en el Señor.

Peregrinación Hijas de la Altagracia, Santuario Higüey.

Hna. Yluminada De Los Santos Trinidad
Damos gracias al Señor y a nuestra Madre Santísima de la Altagracia por el XXV aniversario de su consagración religiosa. Nos alegramos porque confiando en Dios y sostenida por su gracia ha perseverado en fidelidad.

Celebrar las bodas de plata de consagración religiosa da cuenta del amor desmedido de Dios, que confiando en nosotras, a pesar de nuestra pequeñez y fragilidad, nos llama a colaborar con Él en la construcción de su Reino y la salvación del mundo.

¡47 años sembrando alegría y esperanza; engendrando vidas para Dios!
El pasado 11 de diciembre 2024, las Hermanas Hijas de la Altagracia celebramos con alegría el 47 aniversario de fundación congregacional. Fue una excelente oportunidad para celebrar la presencia ininterrumpida del Dios generoso y fiel en nuestro Instituto, que con amor eterno nos ha amado (Cf Jr 31,3). Asimismo, nos regocijamos junto con María, nuestra Madre Santísima de la Altagracia, bajo cuyo patrocinio nos encontramos. Como Ella queremos proclamar la grandeza del Señor que ha obrado grandemente en nuestro Instituto en el recorrido de estos años, y con alegría cantar sus alabanzas; porque se ha fijado en nuestra pequeñez usándonos como instrumento para hacer vida en la Iglesia el Don Carismático y por este medio muchos alcancen la salvación.
¡Que Dios sea glorificado y eternamente adorado! y que nuestra Madre Santísima nos ponga con su Hijo en el mayor amor y servicio.